Muchas veces hemos escuchado la siguiente premisa “la piel nos habla”, y es por esa razón que  hay que escuchar los signos de nuestro cuerpo, saber interpretar lo que nos quiere decir. Porque frecuentemente hacemos oídos sordos a lo que nos quiere decir, o bien no sabemos interpretar si una huella determinada en nuestro cutis está indicando algún problema.
El doctor Ricardo Ruiz, director de Clínica Dermatológica Internacional, explica cómo los dermatólogos pueden, “a través de la piel, del pelo y  las uñas, diagnosticar más de 1.000 enfermedades. Nos dice lo que nos está pasando dentro, tanto física como emocionalmente. Cuando estamos nerviosos empeora la dermatitis, se cae más el pelo...”.
Cuando hablamos de aspectos negativos que inciden en nuestra piel, el estrés juega un papel fundamental .Así lo comentó Pedro Catalá, doctor en farmacia y fundador de Twelve Beauty, quien señaló que  este factor agrava patologías ya existentes como el eczema o la psoriasis e incluso da lugar a nuevos problemas cutáneos.
Pero ¿Sabías qué la piel y la mente (el sistema nervioso central) están muy relacionadas? Tal y como indicó el doctor Ricardo Ruiz éstos  derivan de la misma capa embrionaria, es decir, el mismo grupo de células que cuando somos tan solo un embrión con horas de vida darán lugar a la piel, son las que dan lugar al cerebro; por esta razón no es de extrañar que determinadas enfermedades, incluidas las dermatológicas, empeoren durante periodos de  estrés. Y es que en estados, nuestro organismo –como mecanismo de defensa- produce cortisol es decir  niveles elevados de esta hormona  que causan estragos en nuestro sistema inmunitario afectando a nuestra piel a diferentes niveles.
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ESTRÉS Y SU VINCULACIÓN CON LAS ARRUGAS

Como lo mencionamos anteriormente el exceso de cortisol provocado por el estrés afecta a la funcionalidad de la barrera de la piel, lo que genera la pérdida de agua transepidérmica y disminuye notablemente la capacidad para retener agua. Además, pueden aparecer enrojecimientos y una piel irritada.
La explicación está en que nuestro organismo libera más histamina, y esta es la hormona responsable de la irritación. Los episodios graves o sostenidos de estrés se pueden provocar patologías cutáneas como la rosácea o el eczema. Y si ya se padecen, estos empeoran.
Pero aunado a esto también se puede presentar un tono apagado y una mayor aparición de arrugas, por lo que si tu piel ha dejado de mostrarse luminosa, ahí puede estar la causa. Nuevamente, el cortisol tiene la culpa. En este caso hace que la piel se renueve más lentamente dando paso a un tono más cetrino, opaco y apagado. Y de forma indirecta, expresiones como fruncir el ceño, la rigidez de los músculos faciales y el efecto de la gravedad hacen que la piel pierda firmeza y que las líneas de expresión existentes aumenten.
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EL ACNÉ Y SU RELACIÓN CON LA ALIMENTACIÓN

 No podemos dejar de un lado el acné, que no es más que un desequilibrio entre las cepas de bacterias buenas y malas y el exceso de secreción sebácea, suele aparecer en la zona de alrededor de la boca, mejillas y la barbilla. Es una de las patologías más frecuentes en la consulta de dermatología.
Es por ello que cuando una persona tiene una alimentación rica en grasas  y además presenta poros dilatados se generan granitos.
A pesar de que hay mucha controversia, todavía no se ha podido demostrar que la dieta influya de manera determinante en el acné, pro si un paciente claramente dice que al tomar determinado producto o alimento le salen granos, lo recomendable es lo evite en la medida de lo posible, sin embargo esto no debe establecerse como normal general ya que muchas veces solemos hacer restricciones dietéticas como tratamiento o prevención del acné sin tener un análisis medico
Dermatólogos indican que  incluso las ojeras marcadas pueden estar diciéndote algo de tu alimentación. Y es que, ¿sabías que un exceso de un consumo de sal puede estar implicado en la aparición de bolsas bajo los ojos? Así lo señaló Leticia Carrera Licenciada en Farmacia y especialista en Bioquímica y Nutrición del Centro de belleza Felicidad Carrera de España, quien asegura que la alimentación influye, en el estado de nuestra piel. “Desde el punto de vista dermatológico, podemos sospechar déficits de determinadas vitaminas u oligoelementos (biotina, B12, zinc, ácido fólico, hierro…)”, aseveró.
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Además una dieta variada y equilibrada aporta casi con total seguridad las cantidades necesarias de vitaminas u oligoelementos (biotina, B12, zinc, ácido fólico, hierro sustancias esenciales para mantener una buena salud. Es por esta razón que si tienes problemas de malabsorción de vitaminas, o en el caso de la menstruación en las mujeres, aunque la dieta sea correcta, puedes necesitar suplementos en determinados momentos.